jueves, 20 de agosto de 2009

Día 9 (11/8/09) : El glaciar Tunsbergdalsbreen


A las 7 de la mañana suena la alarma, el día está un poco nublado pero no amenaza con llover. No podemos perder tiempo, a las 9 debemos estar en el Breheimsenter, la instalación desde la que se tiene el punto de partida a las diferentes excursiones por glaciares que se pueden contratar con Icetroll. No estoy seguro pero creo que también se pueden contratar allí excursiones con otras empresas. Nosotros vamos a realizar la excursión de un día entero al Tunsbergdalsvatnet (Lago de Tunsbergdal). Cogemos la carretera 55 dirección Sogndal hasta Gaupne, allí hay un desvío que indica Jostedaal y Breheimsenter, la carretera 604. Seguimos unos treinta kilómetros una carretera estrecha, preciosa. Llegamos hasta Gjerde, y allí la carretera se bifurca entre Bergset y Nigardsbreen, dos glaciares. Seguimos la carretera del Nigardsbreen y poco más adelante llegamos hasta un edificio muy curioso delante de una montaña en la que se asienta una lengua de glaciar que suponemos es la de Nigardsbreen.


En el edificio ya nos esperan todos los demás componentes de la expedición: nuestro guía argentino Carlos, una pareja de holandeses, un israelí y una norteamericana. En total seremos siete personas. La excursión nos cuesta unos 100 euros por cabeza, esperamos que valga la pena, aunque ya desde un principio nos cautivó tanto la idea cuando vimos la web de Icetroll, que nos tiramos de cabeza a reservar la excursión de un día entero, que se espera que sea bastante cansada. Cogemos el coche y vamos hacia el glaciar, unos veinte kilómetros de vuelta por el camino que ya habíamos hecho antes para llegar. Llegamos a un lago en el que Carlos nos da el equipo necesario (chaleco, zapatillas de agua y remos) y nos explica cómo debemos manejar el kayak. Nos ponemos el material y nos metemos en la piragua.


Carlos se situa en la misma piragua que la mujer norteamericana, pues ésta no tiene experiencia con el kayak y tampoco tiene fondo físico, el chico holandés con el chico israelí (que tampoco tiene expericencia), y la chica holandesa se ubica en un kayak individual. Los holandeses tienen una buena experiencia en kayak. Nosotros vamos en nuestro kayak esperando a ver qué pasará. Carlos le ha dado a Silvia un remo pequeño, y desde un principio ella no se siente a gusto con ellos, le molestan a la hora de remar. Pronto comenzamos a quedarnos atrás, y eso que Carlos nos dice que los movimientos que hacemos son correctos y sincronizados.


El trayecto en kayak dura dos horas, hasta llegar a la otra punta del lago, ha sido un viaje precioso pero cansado. Cuando llegamos a la otra orilla, dejamos los kayaks y cogemos la comida que nos hemos llevado para el evento. De vez en cuando comienza una lluvia suave que no nos molesta prácticamente. Nuestro enemigo es el frío, que comienza a dejarse notar ya cuando nos acercábamos a la orilla. El agua está a un par de grados sobre cero. Comenzamos a caminar por un camino de montaña en dirección a la lengua del glaciar, tenemos que sortear constantes riachuelos que fluyen desde el hielo que se funde. A nuestro lado hay una especie de río que proviene también del deshielo y que alimenta el lago.


Tras cerca de una hora de camino llegamos al glaciar de Tunsbergdalsbreen y Carlos nos da los crampones para caminar por encima del hielo. También nos da picos que en principio no necesitaremos. Todo este material se encuentra en un cubo que se encuentra permanentemente al lado del glaciar. De él coge también cuerda y ganchos por si es necesario algún rescate de emergencia; nos avisa que el hielo es muy peligroso y que si nos caemos, la caida puede llegar a ser de unos treinta metros, la altura de la masa de hielo del glaciar en algunos de sus puntos. Nos enseña a caminar con los crampones por el hielo y comenzamos a subir por el glaciar. Es una sensación nueva, nos sentimos como exploradores aventureros, aunque Carlos hace esto cada día, y no expone a sus clientes a riesgos innecesarios.


Nos enseña grietas preciosas que desprenden una luz azul. Nos indica que el hielo más resistente es ese azul, que cuando está blanco es más fácil que se quiebre. Caminamos un par de horas por el hielo buscando cuevas, pero las que encontramos son demasiado peligrosas como para explorarlas.


Cuando salimos del hielo, Carlos saca un termo de no se sabe dónde lleno de chocolate caliente. El chocolate calienta nuestros cuerpos y nos ayuda a comenzar el camino de vuelta. Otra vez caminar por la montaña hasta el lago y otra vez dos horas de kayak. A Silvia le aparece la primera ampolla al lado del pulgar derecho. Carlos nos anima hablando de Barcelona y de fútbol con nosotros, esperándonos con su kayak, sin dejar que nos quedemos demasiado rezagados. Cuando llegamos a la otra orilla del lago ya no podemos con nuestros huesos, no podemos levantar los brazos de tanto que nos duelen, pero la experiencia ha sido lo mejor del viaje hasta el momento, y seguramente sea lo mejor definitivamente. Llegamos al camping anocheciendo, la aventura ha durado prácticamente doce horas. Nos duchamos en las duchas del camping, cenamos y nos vamos a dormir sin fuerzas ni para pensar qué vamos a hacer el día siguiente.


DATOS PRÁCTICOS

Precios por persona
* Excursión de un día al Tunsbergdalsvatnet (Kayak + Trekking) con ICETROLL: 890 NOK
Reservado a través de su web con antelación. El número de personas por grupo suele ser reducido.

1 comentario:

  1. Me encantaaaaaaaaa, nosotros haremos esta excursión en agosto, ya va quedando menos. Ojalá nos toque también con Carlos que se agradecerá oir algo de castellano jajaja aparte de haber estado en Argentina.

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